No es de extrañar que con frecuencia oigamos hablar del divorcio como una conquista de nuestro tiempo, un progreso de la civilización, un paso a la felicidad anhelada. Lo moderno es aceptar el divorcio sin asustarse, desechando arcaicos temores propios de mentalidades retrógradas.
Y sin embargo, la Psiquiatría, una ciencia nada arcaica ni retrógrada, se muestra sumamente preocupada ante el problema de los divorcios y su repercusión en la salud mental de cónyuges e hijos.
El Doctor Carlos Martínez Arango, desde el punto de vista de la Psiquiatría, nos muestra la problemática tomando casos de la vida real y nos indica el intento de soluciones no católicas, para al final darnos el pensamiento de la Iglesia Católica como una verdadera solución.