Cuando fuimos bautizados, se nos impuso un nombre, tal vez heredado de los papás, o bien con el Santo del día en que nacimos. En todo caso, de algún Santo antiguo del cual no conocemos nada. Tenemos entonces un ??Santo Patrono? con el cual no tenemos relación alguna y en la práctica celebramos nuestro cumpleaños como si fuera el día de nuestro Santo.
Existe la sensación de que los Santos fueron personas extrañas, perdidas en el pasado y poco motivadoras a nuestra propia santidad, pero la santidad no solamente es actual sino posible. El Papa Juan Pablo II se empeñó en beatificar y canonizar a miles de cristianos ejemplares y actuales para incitarnos el deseo de santidad.
Un joven deportista, activo, simpático, comprometido, caritativo al extremo, fue beatificado por el Papa el 20 de mayo de 1990: Pier Giorgio Frassati.
Benedicto XVI lo eligió entre otros santos como patrono de la Jornada Mundial de la Juventud habida en Sydney en el mes de julio de 2008 y siguiendo el proceso canónico, seguramente lo canonizará prontamente.
Que sea Pier Giorgio un modelo muy actual para la juventud de nuestros dias.