El amor a Dios y al hombre puede ser tan apasionado, que muchos hombres y mujeres han dejado su familia, carrera, posesiones y su Patria para ir a lejanas tierras cumpliendo el mandato del Señor: ??Vayan por todo el mundo enseñando a todas las naciones lo que Yo les he dicho y bautizándolas en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo?.
Así lo hicieron los Apóstoles al principio y miles después a lo largo de veinte siglos.
A los misioneros españoles debe América el conocimiento del Evangelio. Las innumerables islas de Oceanía fueron evangelizadas entre otras Congregaciones, por la Sociedad de María, los Padres Maristas.
Tal vez imaginamos un tanto románticamente, a un Misionero rodeado de aborígenes muy atentos, predicando emocionado el amor de Dios por nosotros. Pero la realidad es muy otra: San Pedro Chanel en Oceanía, como los demás Misioneros de todos los tiempos, han sufrido toda clase de carencias, sufrimientos y hasta el martirio por Cristo,
La conmovedora historia del martirio de Pedro Luis María Chanel nos debe motivar a orar por aquellos hombres y mujeres que actualmente están dando su vida por el Evangelio.