Suceden a menudo cosas realmente inexplicables, como salir ileso de un terrible accidente automovilístico o encontrar un objeto perdido en donde menos se esperaba y solemos decir, "¡fue un milagro!".
También acostumbramos recurrir a un Santo para obtener su intercesión ante Dios en un apuro y le prometemos un "milagrito".
Pero por desgracia, no falta quien recurra ritos supersticiosos como las limpias o prender velas de un color determinado ante una imagen que puede ser de un Santo verdadero o bien de una persona tan poco recomendable como Malverde y aún ante la aberración llamada Santa Muerte.
Por eso la Sociedad EVC ofrece el presente Folleto para despejar dudas y errores. Por supuesto que existen los milagros, pero hay que definirlos correctamente y diferenciarlos de imaginaciones, supercherías y groseras manipulaciones comerciales.