Todos los domingos al participar en la Eucaristía, recitamos el Credo, que es el resumen de las verdades recibidas de los Apóstoles y que la Iglesia ha custodiado celosamente en el transcurso de los siglos.
Declaramos nuestra Fe principalmente en cuatro cosas: en la existencia del Padre Creador del Universo, en la existencia de Jesucristo Dios y Hombre, reconocemos al Espíritu Santo vivificador de todas las cosas. Al final hacemos un acto de Fe en la Iglesia Católica, que no significa tan solo que creemos en su existencia, lo cual sería absurdo negar, sino que le creemos a la Iglesia, o sea, tenemos absoluta confianza en lo que la Iglesia nos enseña, nos ofrece, nos ordena. Como Católicos, no podemos elegir de las enseñanzas de la Iglesia lo que nos acomode y desechar lo que nos moleste.
Decir en la Misa ??Creo en la Iglesia? es un compromiso mucho muy serio.