Las dos fiestas más significativas del Año Litúrgico son la Navidad y la Pascua de Resurrección, pero ésta última es la más importante. San Pablo nos dice que si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra Fe (1 Cor 15,15).
La palabra Pascua proviene del hebreo ??pesaj? o sea ??paso?, recordando cuando el Angel enviado por Dios pasó exterminando la los primogénitos de los egipcios facilitando el ??paso? de los israelitas por en medio del Mar Rojo pasando de la esclavitud a la libertad.
Nosotros en las mismas fechas que Israel celebra su liberación, celebramos una Pascua muy distinta: el hecho de que Jesucristo, que murió y estuvo enterrado bajo tierra, resucitó glorioso al tercer día, pasando de la muerte a la vida. Es la Pascua más importante en la historia de la humanidad y garantía de nuestra propia Pascua, porque al igual que el Señor Jesús, también resucitaremos.