En nuestro "México Católico" constatamos que la asistencia a Misa dominical no pasa del 10 o 15%, según las regiones de nuestro suelo patrio.
Multitudes de mexicanos confiesa llanamente que van a Misa sólo "cuando les nace", o sea, muy de vez en cuando. Lo que es más, se acude al Sacramento de la Reconciliación, se acusan de lo que sea, menos de haber faltado a Misa los domingos: ya su conciencia no detecta la gravedad de su inasistencia.
Para ilustrar la Conciencia de los Católicos, el Santo Padre Juan Pablo II nos entregó un precioso documento llamado "Dies Domini", el Día del Señor, analizando todos los aspectos y ángulos de esta fiesta semanal del Catolicismo.
Dando comienzo con las prescripciones del Antiguo Testamento, vemos cómo el domingo, es el día de Cristo, el día del Espíritu Santo, un día irrenunciable. Es también el día de la Iglesia, del hombre, de la familia, de la solidaridad. Es el día de los días.
¡Gracias al Papa comprendemos la grandeza y la importancia del domingo en nuestras vidas!.