No es lo mismo conocer cómo funcionan las piezas de un rifle o pistola y aprender a tirar sus balas con precisión, a saber usarlos inteligentemente.
En los Estados Unidos de Norteamérica y en otros Paises han sucedido verdaderas masacres organizadas por adolescentes que sabían mucho de armas, pero que no fueron educados para usarlas correctamente.
Lo mismo pasa actualmente con la sexualidad humana: ya en la escuela primaria los niños aprenden con lujo de detalles el funcionamiento de los órganos de la reproducción, pero les ha faltado la orientación y educación para ejercer su sexualidad inteligentemente y con calidad humana.
El resultado está siendo pavoroso: millones de seres humanos contagiados de toda clase de enfermedades venéreas incluido el fatídico sida; millones de madres solteras y millones de bebés asesinados con el aborto.
Urge tremendamente la educación sexual que no es simple información fisiológica sino la toma de conciencia de que la sexualidad humana es mucho más que instinto y pasión.