Tres son los Sacramentos que imprimen un sello indeleble en el alma del cristiano: El Bautismo, el Orden Sacerdotal y la Confirmación. Por eso no pueden reiterarse o repetirse, a diferencia, por ejemplo, de la Reconciliación o de la Eucaristía.
El fiel que por Bautismo es constituido para siempre hijo de Dios en el Sacramento de la Confirmación, recibe por el Espíritu Santo la adultez en la Fe, la capacidad de ser testigo de Cristo ante el mundo.
El presente estudio nos dice en qué consiste la Confirmación, las condiciones para recibirla, los frutos que produce en nuestras almas incluidos los dones del Espíritu Santo, etc.
Después de orientarnos para la ceremonia misma, concluye el FOLLETO EVC con una reflexión del porqué de la tibieza de católicos ya confirmados y de la situación que estamos viviendo por el acoso de las sectas protestantes.