Desde que el ser humano ha habitado este planeta, ha comprendido su propia pequeñez y sus limitaciones y ha buscado relacionarse con divinidades imaginarias surgidas de sus temores ante los fenómenos naturales. Han surgido así las mitologías de cada civilización.
El hombre busca instintivamente a Dios, aunque sea creando dioses falsos.
Pero Dios se compadece del hombre y se le revela. Dios entra en la historia misma del hombre en Jesucristo, máxima y última revelación de Dios a la humanidad.
No hay por lo tanto comparación alguna entre las religiones meramente humanas como el Hinduísmo, Budismo, Animismo, etc. y la Religión fundada por el mismo Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Pero tampoco existe comparación alguna entre las religiones vagamente "cristianas" o sea, las sectas, y el Catolicismo, que es la única que ha sido absolutamente fiel a la Palabra de Dios. No se trata de hacer comparaciones y ver cual sería la mejor, sino de creer en aquella que históricamente fundó el mismo Jesucristo en el Colegio Apostólico.